miércoles, 9 de mayo de 2012

Entrada de Diario Personal

Siempre recuerdo (hoy inclusive, por eso escribo esto) mis momentos de ingreso al mercado profesional del ilustrador y artista del comic.

Recuerdo las cosas que más me quedaron marcadas en la memoria. Y una de ellas es el muestreo de los trabajos a distintos profesionales. Buscaba un apoyo moral. Buscaba obviamente una mano para entrar al mercado. Buscaba una oportunidad!

Pero no la tuve. Recibí de todo menos oportunidades. Recuerdo al que mejor me trató fue el querido y ahora desaparecido Carlos Meglia. Un dibujante como pocos. Atesoro mucho el arte que ha hecho porque me gusta todo. Absolutamente todo. Y tuve la oportunidad de que me tomara como amigo... Fui yo quien decidí después ir por otros rumbos. Estaba medio grande de edad para pasar por todo el camino del pupilo. Ganas me sobraban pero no paciencia.

Eso fue lo mejor. Los otros artistas con quien pude consultar mi obra eran tan grandes o mucho más inclusive que Carlos Meglia. Y todos me decían que tenía que ir por otro rumbo, o que esto y que lo otro.... La verdad es que era un bajón tras otro. JAN (dibujante español de Super Lopez) me llegó a decir que me dedicara a otra cosa.

Me deprimió mucho esa etapa y me sentía muy desanimado. Realmente creía que había gente que podía vivir de esto y gente que no (y yo era uno de estos últimos)

Pero después, el tiempo pasó y esos recuerdos como que no me pesaron tanto. Decidí igualmente armar mi portfolio en línea y salir a buscar la moneda. Me mostraba como artista lo más que podía!

Y fui consiguiendo mis clientes. Editoriales independientes y pequeñas empresas eran quienes me pagaban por ese arte casi asqueroso que grandes artistas me habían condenado.

Entonces aprendí la lección: No existen malos dibujantes. No existe un artista que no pueda vivir de la venta de sus obras. Existen -por el contrario- artistas que no encuentran a sus clientes.

Y no los encuentran, obviamente porque no están buscando en el lugar correcto. Yo no se cual es el lado correcto de cada uno. Pude por suerte encontrar el mío y espero que si eres un artista como yo y que se siente de la misma forma que me sentía yo cuando no podía vivir de mi arte, entonces puedas encontrar en estas palabras una luz de esperanza.